miércoles, junio 03, 2009

LINDO RECUERDO ( un relato de María Celina Ottonello)

A fines de abril estaba en Alberti un día de semana y como siempre que estoy en Alberti, fui a la casa de mi abuela Meri, era de mañana y la encuentro hablando de las hojas que le ensuciaban la vereda. Le dije que yo podía barrerlas; y por supuesto: me dijo que no, que después lo hacia ella, que me quedara adentro, que hacía frío… y que la abuela Juana (su mamá) decía que las hojas no eran mugre…Sabia mujer mi bisabuela, ¡coincido totalmente!, nada más lindo que ver la vereda tapizada de amarillas hojas crujientes y…pisarlas haciendo ruidito. Además, nada más trabajoso que barrer una vereda con viento.
En eso andaba, luchando con las hojas cuando me detuve a pensar que en esa vereda había transcurrido mucho de mi infancia…y vi a mi abuelo Chichín sentado en la verja y….me acordé de un juego al que jugábamos con él sentados en esta vereda…lo llamábamos “carrera de autos” y consistía en que cada uno de nosotros elegía una de las dos direcciones que los autos podían tomar cuando llegaban a la esquina que forman la calle Sarmiento y calle Azcuénaga. Entonces, él me decía: - ¿Vos para que lado elegís? ¿Para el centro o para atrás de la vía?
Y ganaba el primero que llegaba a contar diez autos para el lado que había elegido…este era un juego puramente de azar donde no me podía dejar ganar como en otros juegos, porque él tampoco intervenía… y yo muchas veces perdía.
A mi me gustaba elegir el lado que iba para el centro, y ahora me doy cuenta el por qué: en aquella época no me gustaba para nada que mi papá viviera con Julia atrás de la vía, pero a determinadas horas todos doblaban para ese lado… el abuelo ya tenia todo estudiado y a veces para ayudarme me decía: -¿Por qué no elegís, mejor, para el otro lado?…
Y me pasaba también, que yo no podía creer cómo el abuelo adivinaba siempre para dónde iba a doblar el auto…a mi me faltaba uno sólo para ganar y allá venia una camioneta y yo le decía:- ya gano… y el me contestaba: -No, este va para el otro lado…y sí, tenía razón….demás esta decir que en general conocía a quienes los conducían , sabía donde vivían, y por ende para donde girban.
Es que a los siete años uno piensa que los abuelos son superhéroes que todo lo saben…y a los veintiséis también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso relato celina, yo tambien guardo gratos recuerdos de tu abuelo Chichin, yo vivia en el caseron de enfrente; recuerdo cuando me preparaba huevo frito con galleta a las tres de la tarde !! o me enseño a triturar el maiz para darle de comer a las gallinas ... ja ni hablar cuando me preparo liebre a la escabeche...la primera liebre que caze con galgos. saludos a tu padre.
Fernando Cabaleiro.-