Hoy quiero hablar de algunas patologías muy comunes en nuestra época, propias de la cultura posmoderna, atravesadas por lo social, lo económico, y la globalización en que vivimos.
Se asiste, en la actualidad, a una degradación de la palabra, en una cultura donde predomina el impacto visual y una vertiginosa inmediatez, que hace que la gente evite reflexionar, reemplazando esta importante actitud mental por la búsqueda de manuales de instrucciones para saber qué hacer frente al sufrimiento, sin preguntarse ¿por qué le ocurre lo que le ocurre?
Y también en esta época, se percibe una suerte de “relativismo clínico posmoderno” donde todo vale. Y esto tiene sus concecuencias. Se empuja a las personas a la competencia y al éxito social, o a la depresión, cuando se sienten "fuera de la carrera". Por otro lado aparecen con mucha mas fuerza las llamadas “patologías del acto”, que se denominan así, porque se vinculan con acciones y es más difícil que pasen por la vía de la palabra, pero también están relacionadas con la expectativa de que un elemento externo vaya a colmar un vacío, una falta, que sabemos estructural en el ser humano, desde la entrada en la cultura. La ilusión esta centrada en que un elemento externo pueda modificar la vida anímica. La carencia estructural del sujeto toma la forma de un vacío posible de ser llenado con objetos de consumo: comida, alcohol, psicofármacos, drogas, etc.
Con esto quiero decir que la drogadicción, los trastornos alimentarios, el alcoholismo, etc. (no son palabras que me agrade utilizar, porque homogenizan dentro de una categoría a muy diferentes sujetos) tienen en común la impulsión a realizar un acto, por ejemplo tomar, comer, aspirar, para taponar una falta que como ya dije es estructural y permite la circulación del deseo, que es hablando burdamente el motor que nos conmina a vivir.
La falta estructural del ser humano es un objeto que colme el deseo y esto se aviene perfecto al capitalismo, a la moda, a la publicidad que nos imponen objetos de consumo todo el tiempo…
Y para cerrar, como diría una buena histérica, lo que quería expresar con este artículo…..No es eso.
*María Celina Irene Ottonello
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